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Municipio, Ciudadano, Descentralización = más democracia.

He conseguido un documento impreso que ha sido producto de la discusión en 22 parroquias del Municipio Libertador de Caracas en el marco del “I Congreso Comunal de Caracas, hacia el socialismo del Siglo XXI”, impreso en Junio de 2007, bajo el título: La Comuna de Caracas, en cuyo contenido se puede apreciar dos comentarios críticos sobre la figura del municipio, lo que permite entender por un lado la visión que tienen algunos partidarios del socialismo del siglo XXI sobre esta instancia política territorial y por otro, lo que ha sido la información recibida por quienes han participado en esos espacios.

Una de esos comentarios tiene que ver con la contribución del municipio a la democracia; al respecto en la página 7 de ese documento se sostiene que “las actuales estructuras municipales o locales son adversas a la democracia y, más aún, a la actual propuesta del gobierno bolivariano de enrumbar al país hacia el socialismo del siglo XXI. Estas estructuras arrastran la herencia dejada por el modelo colonial español de hace 500 años, cuando la vida en común era regentada por ciudadanos electos o designados por el soberano, es decir, por el rey.

Esta herencia se hace evidente en la imposibilidad del actual poder municipal para satisfacer la mayoría de las demandas hechas por los propios ciudadanos. Como solución parcial a esta incapacidad se ha apostado por mantener la misma estructura pero con un constante crecimiento burocrático, en la creencia de que una mayor cantidad de funcionarios y departamentos aumentará la capacidad de control y respuesta a las necesidades de los ciudadanos. “

Un segundo comentario lo extraigo de la página 38 de ese documento que señala:

“Es imprescindible reconstituir la estructura municipal, prevista como un ayuntamiento o corporación, que no es más que la pretensión de regir como una cofradía los destinos ciudadanos más próximos y comunes a través de la delegación del poder soberano. Este concepto de municipio tiene su origen en Roma, y se utilizaba para designar a una ciudad que se gobernaba por sus propias leyes, condición que pareciera atentar contra la unidad nacional, por su carácter independiente más que interdependiente.”

Llama la atención que se afirme que el municipio es adverso a la democracia y que atenta contra la unidad nacional, pues al hacerlo se desconoce el rol que han tenido los municipios en las últimas décadas en Venezuela y que se ha traducido en una ley orgánica del Poder Público Municipal de 2005 en el cual logra establecer legalmente la participación ciudadana como eje transversal del gobierno local, la planificación de las políticas públicas a través de un espacio como el Consejo Local de Planificación y el debate con los vecinos en el Presupuesto Participativo, entre otros aspectos.

Desconocer que hay municipios en el país que se han destacado por la calidad en su gestión, por la cercanía con sus ciudadanos, quienes reconocen públicamente tal situación; que han logrado demostrar con logros, que la descentralización funciona y complementa la función del Estado; es sin duda obviar, desconocer y lanzar al olvido los años de experiencia que han contribuido con la evolución del municipio en Venezuela y con ella, la profundización de un proceso de descentralización que apenas duró 10 años en el país (1988-1998) y que para nadie es un secreto requería de mecanismos de perfeccionamiento.

En los últimos años creo que si hacemos un exhaustivo análisis de la evolución del municipio, podemos concluir, que mientras más se desarrollaba la descentralización a nivel local, mientras mejor se garantizaba las políticas de atención al ciudadano desde el gobierno municipal, mejor era la identidad del ciudadano con su ciudad y mayor la credibilidad que ello fue generando en los propios vecinos sobre la gestión local, con lo cual se contribuía con el fortalecimiento de la democracia.

No se puede desconocer las fallas que existieron, menos aún que en sólo 10 años, se logrará tener 335 modelos de gestión municipal exitosa a nivel nacional, porque sin duda el diseño requería de decisiones políticas que contribuyeran a una mayor descentralización como política de estado para tener más cercanía con los propios vecinos.

Es necesario recuperar y compartir aquellas experiencias exitosas que se vivieron en la gestión municipal desde 1988 y hasta 1998, para comparar el avance del entonces del poder municipal con los logros obtenidos por los Consejos Comunales y por la centralización progresiva que hemos venido teniendo en estos 11 años de gobierno revolucionario, para evaluar en concreto la satisfacción del ciudadano que en definitiva es el único que se ve afectado por la mala gestión pública en cualquiera de sus niveles políticos territoriales.

Carlos Romero.

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