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Repensar el Municipio y recuperar ciudadanía e institucionalidad

Navegando por Internet me encuentro con un artículo titulado: Cómo desmontar los Concejos Municipales? y crear el nuevo Municipio, publicado en aporrea.org, firmado por Evaristo Marcano.  En ese artículo se plantea que a través de la planificación participativa se puede ir diseñando una nueva dinámica a través de la cual se vaya sustituyendo al Concejo Municipal por otra instancia en la cual se pueda pensar y diseñar en el nuevo municipio revolucionario.

Para el autor ese nuevo municipio es una necesidad pues hoy el “deficit institucional” que sufre el Poder Público Municipal así lo exige.  Este artículo me permite compartir 3 reflexiones:

1.-       Puedo compartir el tema del “déficit institucional” que afecta al Poder Público Municipal, pero el autor obvia mencionar que tal situación es provocada por el propio gobierno nacional que a través de una estrategia anunciada desde el 2004, ha venido abusando  del derecho para debilitar la institucionalidad política local.

La reforma a las Juntas Parroquiales, ha hecho que prácticamente éstas hayan desaparecido en la práctica.  La reforma del Consejo Local de Planificación Pública ha anulado la oportunidad de instalar esa instancia de encuentro y debate entre gobernantes locales y ciudadanos.  La reforma de la Justicia de Paz ha abierto un debate que sin duda concluye con su debilitamiento institucional.   A lo anterior le debo agregar que las reformas a la Ley Orgánica del Poder Público Municipal y la Ley de Adecuación de los períodos de las autoridades electas dictada en el 2010 vacío de legitimidad y debilitó sustancialmente al Concejo Municipal que hoy conocemos.  Todo esto hay que analizarlo integralmente con la realidad financiera de los municipios.

2.-       Comparto con el autor que es necesario repensar al Municipio, más cuando hay tantos espacios políticos que se han anulado en la práctica y que representan figuras creadas constitucionalmente, que además permiten una clara y real participación ciudadana en la gestión pública.

El repensar al Municipio no puede ser bajo una sola forma de ver la dinámica local, menos aún, se puede repensar en el Municipio bajo el esquema del Poder Popular, cuando ya previamente el 2 de diciembre del 2007 esa propuesta de organización local fue rechazada de forma expresa y con el debido respaldo constitucional.  El único aporte que se puede decir deja el debate del Poder Popular en la sociedad, es la necesidad de debatir de manera plural sobre el Municipio que el país requiere, por lo tanto si lo miramos de esta forma, es una oportunidad adecuada para abordar la descentralización desde la organización política y territorial del diseño del Estado Venezolano.

3.-       El “déficit institucional” es comprensible, más no justificable, en gran medida porque tenemos un Municipio que en 30 años ha tenido tres modelos: a partir de 1978 era un Municipio gobernado por un equipo llamado Concejo Municipal, que actuaba como cuerpo colegiado; a partir de 1988 un Municipio con un Alcalde electo popularmente, pero que no sólo representa la función ejecutiva, sino que además sigue siendo el Presidente formal del Concejo Municipal, es decir el Alcalde tenía entonces dos funciones: como representante de la función ejecutiva y como representante de la función legislativa; y a partir del 2005 se diseña un Municipio con 4 funciones: la ejecutiva, la deliberativa, la de planificación y la contralora, en este caso se separan formalmente la función del Alcalde y del Concejo, y aparece el Consejo Local de Planificación Pública, que nace en la Constitución de 1999.

Tan pronto nace el Municipio del 2005, surgen los Consejos Comunales y por ende inicia el camino de este recorrido de transformaciones que hoy no hay duda se orientan a debilitar al Municipio.

La inacción de los ciudadanos en defensa de la Junta Parroquial, de los Consejos Locales de Planificación, de la misma Justicia de Paz, así como la ausencia de una clara demanda en respeto al voto como expresión de la soberanía en la extensión del período de gestión de los Concejales, permite asumir que el “déficit institucional” se fortalece y por lo tanto el desarrollo del Poder Popular se sostiene en el “déficit de ciudadanía”.

Al Municipio lo han vaciado de ciudadanía, a tal punto que en la defensa de la institucionalidad local el Municipio ha quedado sólo, pues ni siquiera la gran mayoría de sus Alcaldes y menos aún sus Concejales, han asumido la tarea de la defensa institucional.  La anomia de los ciudadanos, de los partidos y de la gran mayoría de los representantes electos para cargos locales, sin duda alguna permite concluir que a nadie le duele el Municipio.

Un ejemplo de esa afirmación la encuentro en el Diario Vea del pasado 19 de junio de 2012, donde una nota de prensa registra la existencia de una Asociación de Concejales Socialistas, quienes luego de una marcha, llegaron a la Vicepresidencia para entregar un documento en apoyo al Plan del Gobierno Nacional para el año 2009-2013, que no es otra cosa que el fortalecimiento del denominado Poder Popular.

¿Será acaso que a lo largo del país, en 335 municipio, todos los concejales son socialistas?, pues el silencio y la inacción de estos representantes locales ha sido a lo largo de estos años sorprendente y la historia lo reclamará.

Las elecciones locales deben asumirse como la oportunidad para que en el marco de un espíritu unitario, se construya los consensos básicos para una visión compartida de Municipio, que promueva un modelo de Municipio capaz de recuperar la confianza del ciudadano en sus representantes y a través de ellos en las instituciones del gobierno local; de esa manera se contribuye a reducir el déficit ciudadano y sembrar la democracia desde la ciudadanía y la República desde lo local.

Carlos Romero Mendoza.

Fuente:
http://www.aporrea.org/ideologia/a145827.html

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