“Es necesario que se
entienda que las soluciones mas rápidas y efectivas vienen de abajo hacia arriba, desde nuestros Gobiernos Locales[1]”. Estas fueron algunas de las palabras con las
cuales Julio Pereyra, intendente de Florencio Varela, Presidente
de la Federación Argentina de Municipios (FAM) y de la Federación
Latinoamericana de Ciudades, Municipios y Asociaciones de Gobiernos Locales(FLACMA), dio apertura a la IV Cumbre
Latinoamericana de Ciudades y Autoridades Locales.
Para finalizar esta IV Cumbre se firmó una Declaración el 23 de marzo de 2012 en la cual se destaca y se reconoce a lo largo de su contenido la importancia de la Descentralización para el fortalecimiento de los Municipios, que claramente se traduce en el título de ésta Declaración que se lee: Hacia una Agenda descentralizadora con gobiernos locales más fuertes y empoderados[2].
La Declaración Final de esta IV Cumbre se inicia reconociendo al Municipio como el representante del Estado en la base de la sociedad y como aquella instancia que es receptora y actor privilegiado de los sueños, potencialidades, dificultades y exigencia de los ciudadanos que habitan en el territorio llamado Municipio.
El documento reconoce que aún cuando hay importantes esfuerzos en toda América Latina para descentralizar el Estado, queda mucho por hacer pues no han sido suficiente los cambios promovidos en la región, principalmente porque el esfuerzo por servir a los ciudadanos no ha correspondido con una transferencia equivalente de atribuciones y recursos por parte del Estado y del Gobierno Central, generando con ello consecuentes inequidades, ineficiencias y limitaciones en la gestión local.
La IV Cumbre concluye que trasladar el poder, la autonomía y los recursos necesarios a los gobiernos locales con todas las funciones y programas que se ejecutan en el espacio comunal y que actualmente lo gestiona la administración central, es una de las tareas esenciales para modernizar el Estado, de no lograrse esa transferencia se frena el desarrollo de los territorios, de los ciudadanos y de la participación de éstos en el cuidado de los bienes y valores patrimoniales.
Exigir mayor transferencia de poder y recursos, de funciones y programas, no puede entenderse –advierte la Declaración- como una aspiración de confrontación de los Gobiernos Locales frente al Gobierno Central, por el contrario lo que se busca es un diseño que permita un trato justo y equitativo.
Para los firmantes de la Declaración de la IV Cumbre Latinoamericana de Ciudades y Autoridades Locales, descentralizar el Estado es avanzar en reformas contributivas locales que consideren principalmente las características de cada comuna o espacio territorial, de modo que estos procesos no solo traspasen competencias y recursos sino que además respeten y promuevan las identidades regionales y locales, en los términos que se expresan en la Agenda Municipalista y de los Gobiernos Locales promovida por la Federación Latinoamericana.
El llamado que se hace en la Declaración está dirigido a los Gobiernos Centrales para que asuman la tarea de descentralizar y organizar el aparato de la gestión pública propiciando que la ejecución que la inversión en el desarrollo sea más eficiente, oportuna, suficiente y adecuada a las particulares condiciones de los diferentes espacios locales.
La Declaración Final de esta IV Cumbre hace un apartado especial para exigir que los Gobiernos valoren y compensen de manera armónica la contribución que realizan los municipios rurales, fronterizos y aquellos que están bien aislados, para lograr mejorar las condiciones de vida, de trabajo, de integración y de vigencia de los derechos de los ciudadanos en esas comunidades con características particulares.
El llamado concreto que hacen las autoridades locales latinoamericanas reunidas en esta IV Cumbre a los Gobiernos Centrales de la región es que la transferencia de atribuciones y de recursos a los gobiernos locales corresponda a no menos del 30% de los presupuestos nacionales, al promediar el año 2020.
Por último, la Declaración Final de la IV Cumbre hace un reconocimiento y expresa un compromiso por fortalecer la participación de la mujer en los gobiernos locales y cierra el contenido de este documento con un llamado para que los medios pacíficos de resolución de conflictos sea asumidos como la regla en aquellas situaciones que ponen en riesgo actualmente la tranquilidad de la Región.
Para finalizar esta IV Cumbre se firmó una Declaración el 23 de marzo de 2012 en la cual se destaca y se reconoce a lo largo de su contenido la importancia de la Descentralización para el fortalecimiento de los Municipios, que claramente se traduce en el título de ésta Declaración que se lee: Hacia una Agenda descentralizadora con gobiernos locales más fuertes y empoderados[2].
La Declaración Final de esta IV Cumbre se inicia reconociendo al Municipio como el representante del Estado en la base de la sociedad y como aquella instancia que es receptora y actor privilegiado de los sueños, potencialidades, dificultades y exigencia de los ciudadanos que habitan en el territorio llamado Municipio.
El documento reconoce que aún cuando hay importantes esfuerzos en toda América Latina para descentralizar el Estado, queda mucho por hacer pues no han sido suficiente los cambios promovidos en la región, principalmente porque el esfuerzo por servir a los ciudadanos no ha correspondido con una transferencia equivalente de atribuciones y recursos por parte del Estado y del Gobierno Central, generando con ello consecuentes inequidades, ineficiencias y limitaciones en la gestión local.
La IV Cumbre concluye que trasladar el poder, la autonomía y los recursos necesarios a los gobiernos locales con todas las funciones y programas que se ejecutan en el espacio comunal y que actualmente lo gestiona la administración central, es una de las tareas esenciales para modernizar el Estado, de no lograrse esa transferencia se frena el desarrollo de los territorios, de los ciudadanos y de la participación de éstos en el cuidado de los bienes y valores patrimoniales.
Exigir mayor transferencia de poder y recursos, de funciones y programas, no puede entenderse –advierte la Declaración- como una aspiración de confrontación de los Gobiernos Locales frente al Gobierno Central, por el contrario lo que se busca es un diseño que permita un trato justo y equitativo.
Para los firmantes de la Declaración de la IV Cumbre Latinoamericana de Ciudades y Autoridades Locales, descentralizar el Estado es avanzar en reformas contributivas locales que consideren principalmente las características de cada comuna o espacio territorial, de modo que estos procesos no solo traspasen competencias y recursos sino que además respeten y promuevan las identidades regionales y locales, en los términos que se expresan en la Agenda Municipalista y de los Gobiernos Locales promovida por la Federación Latinoamericana.
El llamado que se hace en la Declaración está dirigido a los Gobiernos Centrales para que asuman la tarea de descentralizar y organizar el aparato de la gestión pública propiciando que la ejecución que la inversión en el desarrollo sea más eficiente, oportuna, suficiente y adecuada a las particulares condiciones de los diferentes espacios locales.
La Declaración Final de esta IV Cumbre hace un apartado especial para exigir que los Gobiernos valoren y compensen de manera armónica la contribución que realizan los municipios rurales, fronterizos y aquellos que están bien aislados, para lograr mejorar las condiciones de vida, de trabajo, de integración y de vigencia de los derechos de los ciudadanos en esas comunidades con características particulares.
El llamado concreto que hacen las autoridades locales latinoamericanas reunidas en esta IV Cumbre a los Gobiernos Centrales de la región es que la transferencia de atribuciones y de recursos a los gobiernos locales corresponda a no menos del 30% de los presupuestos nacionales, al promediar el año 2020.
Por último, la Declaración Final de la IV Cumbre hace un reconocimiento y expresa un compromiso por fortalecer la participación de la mujer en los gobiernos locales y cierra el contenido de este documento con un llamado para que los medios pacíficos de resolución de conflictos sea asumidos como la regla en aquellas situaciones que ponen en riesgo actualmente la tranquilidad de la Región.
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