La “democracia local podría describirse globalmente en torno a dos series de relaciones fundamentales, distintas pero interconectadas; por un lado, las relaciones entre el Estado central y las entidades locales; por otro, las relaciones entre los ciudadanos y las entidades locales.”[1]
Para comprender mejor la democracia local, se acude a la Carta Europea de Autonomía Local, ratificada por 46 Estados integrantes del Consejo de Europa, a los fines de entender mejor el significado de entidades locales.
Para la Carta Europea de Autonomía Local, las entidades locales es uno de los principales fundamentos de todo régimen democrático y ello supone, por un lado, que deben estar investidas de competencias efectivas a través de las cuales puedan ejercer una administración eficaz y cercana al ciudadano; y por otro, exige que estén dotadas de órganos democráticamente constituidos.
Cuando España habla de entidades locales se refiere a la Administración Local más inmediata al ciudadano y que sirve de cauce inmediato de participación en los asuntos públicos[2]. En Venezuela esa Administración Local más inmediata al ciudadano, no cabe duda, que está representada por el Municipio.
En Venezuela el Municipio se ha visto disminuido en la capacidad de ejercer las competencias que la Constitución le otorga, y ha perdido progresivamente importantes niveles de capacidad efectiva para ordenar y gestionar, de manera directa y bajo su responsabilidad, parte importante de los asuntos públicos locales.
El diseño legal del Estado Comunal que impone el gobierno, aún cuando no ha logrado funcionar, ha sido excusa para ir restringiendo aún más la autonomía local, que de por sí, en Venezuela siempre ha sido limitada, favoreciendo así, a un proceso de recentralización del Poder.
Para poder hablar de democracia local en Venezuela, se hace necesario que con la participación electoral logremos elegir a Alcaldes y Concejales capaces de reconstruir las relaciones entre el municipio como entidad local y sus ciudadanos, ello exige recuperar el valor del Municipio, de sus instituciones y redefinir el significado de representación política, para que de manera incluyente los Alcaldes y Concejales puedan reordenar esas relaciones locales, y así recuperar el orden, la tranquilidad social y la cohesión social que hemos perdido.
El Concejo Municipal es el espacio plural y democrático para el debate de los asuntos públicos, son los Concejales los responsables de hacer sentir que la voz y los intereses de sus electores son importantes. En manos de estos representantes electos, queda la oportunidad de atraer al ciudadano a los asuntos públicos y a la política local. Las herramientas de participación como la consulta de ordenanza, las comisiones permanentes y el derecho de palabra en las sesiones ordinarias del Concejo Municipal, son sólo 3 de los mecanismos útiles, políticos y prácticos existentes para hacer una labor política orientada a reconstruir ciudadanía y recuperar la cohesión social perdida.
El Concejo Municipal se convierte en una pieza clave para reconstruir las relaciones entre el poder central y las entidades locales, pues el debate de los asuntos públicos en el marco de su proceso legislativo natural permite poner en la agenda política el tema de una mayor autonomía local y contribuye a ir delineando ese diseño descentralizado que la Constitución de 1999, reeditada en el 2000 exige.
La labor política de un Concejal tiene que ir, hoy más que nunca, orientada a brindar espacios y oportunidades para que el ciudadano a través de su propia experiencia entienda y valore el rol de la representación política local, del Concejo Municipal y así logre comprender la importancia de la Democracia Local.
Hoy los vecinos prácticamente desconocen la existencia del Concejo Municipal, y en consecuencia desconocen a sus concejales, el Alcalde se lleva el mayor reconocimiento público, cuando es una figura novedosa en la realidad política venezolana, frente a la tradición histórica de los Concejales.
La separación de las elecciones para Alcaldes y Concejales del año 2000, y que se mantuvo en el 2005, lejos de fortalecer al Municipio lo debilitó, pues evidenció el poco interés del ciudadano en el Concejo Municipal, recordemos que para el 2000 la abstención fue de 76% y en el 2005 fue de 69%, ese nivel de indiferencia justifica en parte que el gobierno central sin mucha resistencia haya podido suspender las elecciones para concejales en el año 2009 y luego en el 2010, pasando por encima de quienes ejercen la soberanía popular.
El reto de las elecciones 2013 está en gran medida, en manos de nosotros los electores, pues nuestro voto, nuestra participación y nuestra exigencia cívica a conocer nuestros candidatos, oirles y reclamarles compromiso por la defensa del Municipio, permitirá identificar, principalmente a aquél Concejal que haya demostrado habilidad y capacidad para servir como facilitador político en la reconstrucción de esas relaciones diferentes e interdependientes -mencionadas al inicio de este escrito- para lograr aproximarnos a una Democracia Local que junto a la gestión del Alcalde, nos permita experimentar el valor de la libertad, sentirnos ciudadanos y comprender el valor de la Democracia.
Carlos Romero Mendoza.
[1] TATARENKO, Aliana y TERRIEN, Oliver. El Sello Europeo de Excelencia en materia de Gobernanza, una herramienta del Consejo de Europa al servicio de la gobernanza local. En: Revista Democracia y Gobierno Local. Fundación Democracia y Gobierno Local. No. 20 Primer trimestre 2013. P. 15.
[2] Rendicionesdecuenta.es. ¿Qué es una Entidad Local?. Recuperado el 8 de noviembre 2013. Online en: http://www.rendiciondecuentas.es/es/informaciongeneral/entidadeslocales/EntidadLocal.html
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