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La memoria de la Ciudad.

El Universal en su versión digital, trae con fecha 6 de marzo de 2011, una nota de prensa firmada por Delia Meneses, en la que hace mención a la memoria de la ciudad, el articulo señala:

"¿Quién está supervisando la intervención de La Francia, un edificio histórico, patrimonio de la ciudad? Están haciéndole cuartuchos, ¿dónde queda la memoria de Caracas?", se pregunta Coromoto Méndez Sereno, secretaria nacional de Patrimonio Cultural de la Asociación de Cronistas de Venezuela. La docente y licenciada en Historia de la Universidad Central de Venezuela, desde hace 18 años también se desempeña como Cronista Oficial del municipio Sucre.

Recientemente, Méndez, junto a Heraclio Narváez, presidente de la Asociación de Cronistas y Alexis Coello, secretario nacional de Patrimonio Natural de esta organización, elaboraron un manifiesto en su condición de guardianes del patrimonio tangible e intangible de los municipios.

En el pronunciamiento instan a las autoridades a dejar a un lado la diatriba política y a ofrecer los recursos necesarios para rescatar el patrimonio amenazado por la desidia, las fuerzas de la naturaleza, las intervenciones no supervisadas o ejecutadas deficientemente.

-¿Está en peligro la memoria histórica de la ciudad?

- Se está viniendo abajo el patrimonio venezolano que es, al final, el testimonio de nuestra historia y la conciencia histórica del pueblo. Y se pone en riesgo, por ejemplo, cuando se le da un uso inadecuado con actividades que lo lesionan y lo despojan de ese valor representativo de la idiosincracia venezolana.

-Dé algunos ejemplos de estos usos inapropiados...

-Algunas de las casas ubicadas en la esquina de Sociedad están siendo usadas por damnificados y las están interviniendo sin criterio. Escuelas, cuyas estructuras tienen valor patrimonial, se convirtieron en refugios. La casa de Boves en La Pastora ahora es un ambulatorio. En el interior del Correo de Carmelitas se escuchan martillos y taladros y quién está supervisando la intervención de este edificio.

-¿Cuál debe ser la contribución de los cronistas?

-Nosotros somos voces y gritamos y nos quejamos, pero mientras no se haga cumplir la ley, mientras no se penalice a quien atente contra el patrimonio, no podemos hacer nada. El cronista no puede tener compromisos políticos, debe ser una voz independiente porque sino está contando una historia y una verdad sesgada.

-¿Por qué no se está penalizando?

-Hay muchos intereses creados de todo tipo.

-¿Cómo se ve afectado el patrimonio intangible?

-Un ejemplo son los toponimios y las nomenclaturas que están siendo cambiados. En un empeño por borrar el pasado, la avenida Páez fue rebautizada como Teherán. La memoria conserva los viejos nombres al cambiarlos se borra la identidad, la memoria histórica colectiva. Menca de Leoni, que toda la vida se llamó así, ahora le ponen 27 de febrero. Lo mismo ocurre con El Ávila y con el Parque del Este.

-¿Qué rol debe asumir la colectividad en cuanto al rescate del patrimonio?

-La voz que tiene la comunidad es la protesta y la contraloría social. El edificio 22, entre el Teatro Ayacucho y la estación del Metro, se está cayendo y es una joya arquitectónica de la ciudad. El Instituto de Patrimonio Cultural está como a cinco cuadras de allí. En el Parque Miranda, la contratista que está haciendo los trabajos del Metro echó abajo 140 árboles que eran patrimonio natural de la ciudad. La comunidad tiene que hacerse oír. El edificio del Hospital Vargas, que es una joya de la arquitectura, se está interviniendo sin dirección. Mientras seamos testigos pasivo acabaremos con la memoria de la ciudad.

-¿Qué pasos se podrían dar para mejorar la atención al patrimonio?

-El IPC debería tener sedes en todos los estados del país para que los cronistas y la comunidad tengan donde reclamar. Este ente debería trabajar más en conjunto con el Ministerio de Educación y las universidades. No hay una política educativa patrimonial aunque los cronistas hacemos un esfuerzo por ir a los planteles.

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